Imagen: © Startups Españolas, creada por Martin Schenk S.L.

Innovación en el cultivo de alimentos: Vertical Farming y sus principales exponentes

Algunas de las startups más destacadas a nivel mundial en el ámbito del vertical farming (Cultivo Vertical) para producir verduras, frutas y hierbas son:

1. Plenty (EE.UU.): Esta startup con sede en San Francisco ha levantado más de $500 millones. Desarrolla granjas verticales de alta tecnología con iluminación LED, sensores y robótica. Vende sus productos frescos directamente a supermercados y restaurantes, pero no su tecnología.

2. AeroFarms (EE.UU.): Con sede en Nueva Jersey, es pionera en aeropónico vertical farming. Ha recaudado más de $200 millones. Produce verduras de hoja en sus granjas y las vende con su propia marca. No comercializa su tecnología a terceros.

3. Infarm (Alemania): Esta startup berlinesa ha levantado más de $300 millones. Su modelo consiste en instalar módulos de cultivo vertical en supermercados, restaurantes y centros de distribución. Vende tanto su tecnología como sus productos frescos.

4. Bowery Farming (EE.UU.): Con base en Nueva York, ha recaudado más de $170 millones. Opera granjas verticales cerca de las ciudades y distribuye sus productos frescos localmente. No vende su tecnología.

5. Spread (Japón): Esta compañía nipona es pionera en granjas verticales automatizadas. Produce principalmente lechugas que vende con su marca. También ofrece consultoría y soluciones tecnológicas a otras empresas interesadas en vertical farming.

6. Agricool (Francia): Esta startup parisina ha levantado más de $40 millones. Desarrolla contenedores de cultivo vertical para producir fresas. Vende sus productos frescos pero no su tecnología.

7. Freight Farms (EE.UU.): Con sede en Boston, convierte contenedores marítimos en granjas verticales hidropónicas. Vende tanto sus sistemas de cultivo como ofrece formación a empresas y particulares que quieran producir alimentos.

Como vemos, algunas como Plenty, AeroFarms o Bowery se centran en vender los alimentos que producen en sus propias instalaciones. Otras como Infarm o Freight Farms apuestan por distribuir su tecnología para que terceros produzcan. Y compañías como Spread hacen ambas cosas.

El vertical farming atrae mucho interés y financiación por su potencial para producir alimentos cerca del consumidor, con menos agua y espacio. Pero aún debe demostrar su viabilidad económica a gran escala. Será interesante seguir la evolución de estas y otras startups que reinventan la agricultura.

el vertical farming o agricultura vertical tiene un gran potencial para convertirse en una pieza clave de nuestro sistema alimentario en las próximas décadas, aunque aún quedan desafíos por superar para que se generalice su adopción.

La agricultura vertical consiste en cultivar alimentos en estructuras verticales, generalmente en entornos controlados e interiores, en lugar de en campos horizontales tradicionales. Esto permite un uso mucho más eficiente del espacio y los recursos como el agua y los nutrientes. Además, al realizarse en ambientes cerrados, se reduce la necesidad de pesticidas y se puede cultivar cerca de los centros urbanos, acortando la cadena de suministro.

Varias startups y empresas están apostando fuerte por esta tecnología. Por ejemplo, Plenty, con sede en San Francisco, ha recaudado más de $500 millones para sus granjas verticales robotizadas. Otras como AeroFarms, Bowery Farming o la española Vitacress también están creciendo rápidamente.

Sin embargo, para que la agricultura vertical despegue de verdad, aún debe superar algunos obstáculos. El principal es el alto coste energético de iluminar y climatizar estos cultivos interiores. Aunque el uso de LEDs eficientes y energías renovables está ayudando a mitigarlo. También se necesita más automatización para reducir costes laborales. Y por ahora se limita principalmente a verduras de hoja y hierbas, siendo más difícil para otros cultivos.

Mi opinión es que en 10-20 años veremos granjas verticales a gran escala suministrando un porcentaje significativo de verduras frescas en muchas ciudades, complementando a la agricultura tradicional. Pero para alimentos básicos como cereales o para zonas rurales, los campos seguirán siendo predominantes a medio plazo.

La clave será combinar lo mejor de ambos mundos. La eficiencia y resiliencia de los cultivos verticales junto con la economía de escala y menor huella energética de los métodos en exterior donde sea posible. Si se consigue este equilibrio, la agricultura vertical puede ser una gran aliada para alimentar a una población mundial creciente de forma más sostenible. El camino es prometedor, pero aún queda trabajo por delante para estos intrépidos agricultores del futuro.

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